Como evitar a los Okupas en tu alquiler vacacional

Ian Mateu • 27 de febrero de 2025

Una de las preocupaciones más comunes de los propietarios de viviendas vacacionales en España es qué hacer en caso de que su propiedad sea invadida por okupas. No es para menos, pues no sólo es la ley de okupas en España notoriamente laxa, sino que, además, los datos recientes muestran que el número de ocupaciones ilegales en España ha aumentado un 200% en los últimos cinco años.


El factor más importante detrás de este crecimiento exponencial han sido quizás las medidas que algunas administraciones han ido implantando durante estos últimos años, que sumadas a la crisis del Covid-19, no ha hecho sino agravar un problema que ya llevaba un tiempo existiendo, y detrás del cual están en muchas ocasiones mafias organizadas.


Lo cierto es que en los últimos tiempos ha cambiado el perfil típico del okupa. Expertos en la materia coinciden en señalar que si bien en el pasado las okupas tendían a ser personas en situación vulnerable, hoy en día es cada vez más común la figura del okupa profesional, que ve esta actividad como un estilo de vida.


Sean cuáles sean las motivaciones de este tipo de personas, lo que está claro es que a nadie le resulta agradable descubrir que su vivienda está ocupada por inquilinos no deseados. ¿Cómo defenderse de este fenómeno cada vez más común? Sigue leyendo para descubrirlo.


¿Cómo actuar para evitar a okupas en tu alquiler vacacional?

Los alquileres vacacionales son uno de los tipos de propiedades más vulnerables a los okupas, pues no es raro que pasen épocas del año vacías. Afortunadamente, existen una serie de precauciones que se pueden tomar para defender una vivienda vacacional de las ocupaciones ilegales. En esta sección te las contamos.


Mantente al tanto de las leyes

Los propietarios de alojamientos turísticos son los primeros interesados en conocer la normativa del alquiler vacacional en España, y especialmente las leyes aplicables a las ocupaciones ilegales, pues puede suponer la diferencia entre una resolución rápida del problema o que éste se mantenga enquistado durante meses o años.


Las ocupaciones ilegales en España pueden clasificarse de dos maneras: allanamiento de morada y usurpación.


El primer caso se da cuando los okupas acceden a un inmueble que es vivienda habitual o segunda residencia de sus propietarios y, a diferencia de la creencia popular, no existe un límite de 48h para que las fuerzas de seguridad puedan expulsarlos. Bastará con presentar una denuncia ante la policía acreditando la propiedad del inmueble en cuestión para que ésta pueda proceder al desalojo, sin necesidad de autorización judicial.


El segundo caso es más espinoso, pues cuando una vivienda no es de uso habitual, la ocupación de la misma se considera usurpación. En este caso sí sería necesaria la apertura de un proceso legal, independientemente del tiempo que haya pasado desde la entrada de los okupas. Se trata del tipo de ocupación ilegal más común en España y también del más largo y costoso de resolver.


Redacta un contrato de alquiler vacacional

Un contrato de alquiler vacacional es una de las mejores defensas que puedes tener ante los okupas. Las ocupaciones de alojamientos turísticos en las que media un contrato son mucho más fáciles de resolver, pues ese documento demuestra que la propiedad no es el domicilio habitual del okupa.


Esto hará mucho más sencillo su desalojo que si no mediase contrato, en cuyo caso el okupa podría declarar que la vivienda es su residencia habitual y tú no tendrías una forma fácil de demostrarlo.


Registra tu propiedad como alojamiento turístico

La mayoría de comunidades autónomas de España exige a los propietarios de alojamientos turísticos que den cuenta de su actividad, y en algunos casos, el pago de una tasa turística. Si bien esto no es plato de buen gusto para todos, hay una razón muy importante por la que no debes saltarte esta obligación.

Si la administración no tiene constancia de que tu propiedad es de uso turístico, no sólo no va a aceptar el contrato como prueba ante los okupas, sino que posiblemente también te imponga una sanción económica. Por este motivo, siempre recomendamos a los propietarios dar de alta su vivienda vacacional.


No aceptes reservas inmediatas

Una de las maneras más sencillas de proteger tu alojamiento de los okupas es desactivar la función de reservas inmediatas ofrecida por algunas plataformas de alquiler vacacional, como Airbnb o Vrbo.


Se trata de un método útil no sólo para evitar a los okupas en Airbnb o en Vrbo, sino que también puede hacer que te libres de caer víctima de algunas de las estafas más comunes para anfitriones. De este modo, podrás tratar de conocer mejor a tu futuro huésped antes de que se aloje en tu propiedad, y si te da mala espina, simplemente denegar su petición de reserva.

Eso sí, recuerda que Booking.com no permite desactivar las reservas inmediatas, por lo que si tienes tu propiedad anunciada en este portal no podrás aplicar este consejo.


Establece claramente las normas

Un recurso extremadamente útil a la hora de prevenir okupas en tu alquiler vacacional es exponer las normas del alojamiento con anterioridad a la entrada de los huéspedes y de forma clara y concisa.

De este modo, aquellos con malas intenciones se lo pensarán antes de intentar ninguna jugarreta, pues sabrán que tratan con una persona seria, que conoce la ley y sabe cómo guardarse las espaldas.


Mantén la documentación importante a buen recaudo

No cometas el error de dejar los papeles de la casa en la propiedad. Los okupas más experimentados saben que sin documentación lo tendrás mucho más difícil para echarles, por lo que puede que vayan directamente en su busca al entrar en la vivienda, con el objetivo de destruirlos.


Incluso si estuviesen guardados en una caja fuerte, ¿cómo harías para acceder a ella? No lo dudes: guarda la documentación fuera de la propiedad, y ahórrate disgustos.


Haz que parezca que hay gente

Nada atrae más a los okupas que una casa con aspecto de llevar un tiempo vacía. Por ello, es importante que parezca que está viviendo alguien dentro, aunque no sea el caso.

Visita tu alojamiento con regularidad para cuidar las plantas, recoger las cartas del buzón y darle una pequeña limpieza. Ante todo, evita bajar las persianas completamente, pues es una de los indicativos más claros de que una propiedad está deshabitada.


Instala medidas de seguridad

Una propiedad equipada con múltiples sistemas de seguridad siempre va a ser una opción menos atractiva para los okupas que una que sea más sencillo infiltrar.


Existe una gran cantidad de sistemas que te permitirán asegurar tu alojamiento y estar siempre al tanto de lo que ocurre en él, como alarmas, cerraduras electrónicas, sistemas de domótica (las famosas “smart homes”) o puertas acorazadas.

No te olvides tampoco de las opciones más clásicas, como muros con aristas en su parte superior o ventanas enrejadas, que según el estilo de la propiedad ¡pueden resultar hasta decorativas!


Conclusiones

Las ocupaciones de viviendas son un problema creciente en España, y los alojamientos vacacionales no están fuera de peligro. Sin embargo, aplicar las medidas adecuadas es la mejor manera de minimizar el riesgo de que entren okupas en tu propiedad.


Por Ian Mateu 28 de abril de 2025
El portavoz de la Plataforma Afectados por la Okupación, Ricardo Bravo, denunció este viernes por la tarde en Ibiza «el desamparo total» que sufren las víctimas de la usurpación de viviendas, lamentando también que son el eje de una campaña orquestada por el Gobierno para minimizar e invisibilizar el sufrimiento de las personas a quienes han okupado sus casas. Así lo aseguró Bravo, participante en la iniciativa del PP de Ibiza, ‘Objectius a Debat’, que en esta ocasión abordó el problema de la okupación ilegal de viviendas, el allanamiento y la inquiokupación. El foro fue moderado por el senador autonómico Miguel Jerez y contó además con el presidente de la Asociación pro-derecho a la propiedad privada inmobiliaria de Baleares, Fausto Oviedo; la administradora de fincas Lidia Oviedo y el director insular en materia de lucha contra el intrusismo, Enrique Gómez Bastida. El presidente de la plataforma nacional recordó que ahora mismo registran en toda España unos 7.000 casos abiertos relacionados con okupaciones, casos que, según estadísticas, habrían crecido más de un 7% en el último año, aunque puntualizaron que hay muchas víctimas más que no aparecen recogidas en esos porcentajes puesto que algunas familias pueden decantarse por buscar vías extrajudiciales para solventar su situación. «En las estadísticas no se recoge ni un solo caso de inquiokupación. Nosotros los ciframos en unos 80.000 en toda España», insistió. Bravo lamentó que no se estén dando soluciones legislativas para acabar con esta lacra. También reconoció la sorpresa en la plataforma porque en Baleares, con la grave problemática habitacional, se están dando incluso okupaciones de barcos. «En las islas, vemos más las usurpaciones como síntomas de la situación, no como la causa», insistió. «En Baleares hay muchas segundas residencias que están siendo okupadas. Los extranjeros allanados desconocen los recursos existentes en España. Puede haber un número de afectados sorprendente que puede crear una alarma incluso internacional», advirtió Bravo. Según explicó también, el caso de la casa okupada en Sant Antoni llegó al Parlamento Europeo donde se comentó cómo llegó a actuar el pueblo para expulsar a los okupas. Consejos como contratar de inmediato a un abogado para saber cómo actuar ante una posible okupación fue uno de los consejos ofrecidos por Bravo puesto que, actualmente, «sólo se puede denunciar y esperar». Fausto Oviedo, por su parte, agradeció que el Partido Popular haya impulsado este debate social «tan necesario» al haberse convertido la usurpación de viviendas en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos españoles. «Y es normal porque se está legislando de forma desleal contra la Constitución para convertir el país en una España sin propiedad privada y sin herencia y esto es muy grave», consideró. El presidente de la asociación balear señaló que la okupación y la inquiokupación no son un reflejo real de la sociedad actual, sino que «son el resultado de la permisividad institucional ante las mafias».  «Desconozco las razones por las que se está erosionando la Constitución, pero estos fenómenos sólo demuestran el fracaso del actual Gobierno al ser un síntoma inequívoco de que existe un país donde no hay ley ni orden», criticó. Según añadió también, eventos como el de ayer sirven para brindar información a los ciudadanos y aumentar la conciencia social sobre la necesidad de lograr un cambio legislativo para contar con una auténtica ley antiokupación.
Por Ian Mateu 28 de abril de 2025
Bromea con que le llamemos ‘Capitán Jack Sparrow’ mientras sus compañeros, un grupo de personas sin hogar que duerme en el interior del Aeroport de Palma, escuchan atentamente los retazos de su última aventura. Es curioso, pero cuando lo cuenta, se ve ilusión en sus ojos . Aunque también sabe que ha cometido un delito grave robando el ‘Peregrin Tuk’; un velero de doce metros de eslora en el que navegó, junto a otro de los compañeros sintecho, durante dos días. Pedro M.V. cumplía los 59 años el pasado lunes 21 de abril cuando, según él, «decidí dar fin a la aventura y entregarme a las autoridades». Pasó su aniversario en el calabozo. Quiere dejar claro que, tras el robo de la embarcación , no fueron interceptados por la patrullera sino que fue él mismo quien contactó con el Canal 16, dio el aviso a Salvamento Marítimo y éstos, a la Guardia Civil. Los agentes acabaron por detener a los dos hombres la mañana del lunes a las 09.50 horas. Habían pasado más de cuarenta y ocho horas en el barco robado . La patrullera acudió al punto que indicó la radiobaliza desplegada. Según el testimonio del hombre, fue él quien avisó a Salvamento Marítimo porque «quería entregarme» «El velero era precioso», dice. Iba acompañado de un ex acaudalado empresario y patrón de yate que también acabó sin techo a causa de concatenar una serie de malas decisiones. El alcohol fue el detonante en la mente de ambos para cometer el delito . «Nos bebimos una botella de whisky en la terminal y luego, no sé cómo, llegamos a Ca’n Pastilla. Nos metimos donde los barcos y entramos en uno. Le gustó a mi amigo», cuenta. En el interior encontraron más alcohol y continuaron con su fiesta particular. Acabaron con dos botellas de ron, dos de tequila y una caja de cervezas. «Pero no había comida. Dicen que nos pusimos las botas, pero no es cierto. Beber sí bebimos», confiesa. Asegura que estuvieron de fiesta durante toda la madrugada y que partieron con el velero ya de día. Era la mañana del sábado 19 de abril. «No forzamos nada. Las llaves estaban en un canastillo muy cerca del bombín, junto al puesto de gobierno . Las cogimos, arrancamos y tiramos p’alante», narra convencido. Se dirigieron hacia Cabrera y dice que llegaron a abarloarse a la costa «para pedir tabaco, porque nos habíamos quedado sin». A pesar de ello siguieron adelante con su viaje inesperado, «teníamos alcohol y combustible en el velero». Según cuenta, luego volvieron en dirección a Sa Ràpita, encontrándose en el canal con olas de entre dos y tres metros . Llegaron a pasar dos noches en el buque. Pedro quiere compartir su historia para provocar una reflexión, aunque sabe que cometió un delito grave que ha afectado a otras personas «Él durmió en el camarote del capitán y yo en el otro, había tres en total», dice Pedro, añade que se despertó de madrugada y convenció a su compañero para dar aviso. «Tú no sabes lo que es estar en este agujero» , cuenta señalando los sacos de dormir de los sintecho con los que convive en el aeropuerto. «No nos dejan dormir aquí y por eso nos despiertan de madrugada, duermes en el suelo, no hay derecho a esto», cuenta con tristeza. Afirma que quiso escapar de la realidad por unos instantes. Sentir la libertad y la soledad de «navegar en silencio y bajo las estrellas» . Muchos pensaron que su intención era escaparse ya que llevaban todo su equipaje con ellos, aunque explica que fue para que no le tiraran sus cosas a la basura. Según sus cuentas, «a la velocidad que íbamos, podríamos haber llegado a Alicante», aventura. Aunque su estado, despierto aunque bajo los efectos del alcohol, dificulta pensar en esa posibilidad como veraz. «En parte sí lo hice por mi cumpleaños pero la verdad es que el alcohol nos dominó. Navegar sin ver a nadie, sin que venga la policía, poder dormir en un colchón, levantarte y ver el barco navegar, disfrutar», divaga. Le duele una costilla. Resbaló en el barco y se golpeó contra el picaporte del baño . Asegura que él también tiene conocimientos de náutica y que fue «patrón de embarcaciones de recreo con un barco de nueve metros de eslora», además de trabajar para Aena durante años. «Si no sabes navegar, te estrellas. Cuando él dormía, yo navegaba y viceversa, hemos devuelto intacta la embarcación . Es mentira que esté destrozada, ni un rasguño tiene», dice convencido. La propiedad del velero no piensa lo mismo. Asegura que los dos indigentes «vandalizaron» el interior de la embarcación y forzaron la puerta de la cabina . Pedro admite que «dejamos tiradas varias latas de cerveza, un cojín en el suelo, el mamparo caído, pero poco más. Con el oleaje se cayó también el platero». Se le nota la preocupación por las repercusiones; por mucho que pueda dar una imagen distinta, sabe que se ha equivocado. « Me arrepiento , esto me va a costar caro, perderé a mi familia y eso es lo que más me importa, me preocupa muchísimo», confiesa emocionado. Por otra parte, dice no tener miedo de entrar en la cárcel, «no tengo antecedentes pero igual no puedo pagar y entro por eso». Mientras habla, su mente vuelve a las horas en las que fue libre, navegando en el velero robado. «Ver el mar azul, olvidarme de todo lo que veo aquí todos los días , necesitaba una escapada, más que por mi cumpleaños, de la vida en general», dice. El detenido fue puesto en libertad el martes 22 y volvió al recinto aeroportuario. Allí nos contó que tiene conocimientos náuticos, al menos, como patrón de embarcaciones de recreo. «Pienso en donde estoy, quien soy y donde quiero ir, y como nada está saliendo bien, uno se vuelve rebelde» Pedro no se enorgullece de su hazaña, a pesar de que ha sido una de las pocas cosas que le ha hecho sonreír en los últimos tiempos. Es consciente del daño que ha causado a los afectados y una vez más, le ha hecho pensar en los errores cometidos a lo largo de su vida. Según cuenta, vivía en un chalet en Badia Gran y llegó a tener su propia embarcación. Lo perdió todo a causa de decisiones erróneas y la llamada ‘mala vida’. Con sangre andaluza, Pedro también escribe y toca flamenco; nos lo cuenta mientras nos lleva al rincón de Salidas, en Son Sant Joan , donde ha dormido los últimos siete meses. «Mira, aquí vivimos. Lo compartimos todo» , dice mientras le pido que baje la voz para no despertar a los demás. «No tengo esperanza en que las cosas vayan mejor, no veo la luz, ésa es la verdad, si la viera, no estaría aquí», sentencia. Sabe qué ha sido el protagonista de una historia sorprendente, de un delito que nadie esperaba. «Es una locura, lo sé», dice. «Si yo me levanto todos los días con sentimientos de rabia, frustración y melancolía, qué más da robar un banco», zanja. No habla en serio. O quizá sí. Pero mientras en su día a día pasan desapercibidos ante los miles de viajeros que recibe el aeropuerto de Palma ; estas últimas horas, a pesar de enfrentarse, según la calificación provisional, a una pena de entre uno y tres años; todos se paran a escucharle . Nada justifica un delito, pero quien no tiene nada, nada tiene que perder.
Por Ian Mateu 28 de abril de 2025
El primer combate judicial por la okupación de un piso en Ibiza con una anciana dentro se iba a celebrar el lunes en el Juzgado de Instrucción número 3 de Ibiza . Sin embargo, se tuvo que aplazar a la semana que viene por un problema logístico del juzgado . Iba a ser un juicio rápido programado unas horas después de que el desencuentro llegara por primera vez al plano físico y diera pie a denuncias cruzadas por lesiones. Y es que el último puente que podía quedar en pie entre J. y Patricia saltó por los aires en la tarde del lunes, cuando por primera vez llegaron a las manos. El hombre estaba abandonando el piso cuando se encontró de bruces con la mujer, que en ese momento salía del ascensor. Se inició un forcejeo en el que también se vio involucrada la madre de ella, de 83 años. Resuelto el rifirrafe, J. y Patricia acudieron a distintos centros sanitarios en busca de atención médica. Él sufre excoriaciones en la región occipital y contusión frontal izquierda. Le curaron con yodo. Ella sufría dolor abdominal a consecuencia de un puñetazo y ansiedad. Le recetaron ibuprofeno y un ansiolítico. Ambos partes médicos van acompañados de sendos informes judiciales. El encontronazo en el descansillo del edificio se producía dos semanas después de que Patricia realizara un nuevo intento de diálogo con J. a través del siguiente mensaje.  "No sé qué pretendes. Me sacas de mis casillas con tu actitud. No entiendo cómo un joven de tanto provecho se pone en ese plan de querer perjudicar y vivir a costa del trabajo ajeno. A mí conseguir legalmente este piso me ha costado muchísimo esfuerzo y sacrificio. Yo no le perjudico nada a nadie, pero tampoco dejaré que se metan con mis cosas, lucharé por ello. Quiero que te vayas de la casa, de la casa de mi madre, que nos dejes en paz , que te busques un lugar. Yo no te he alquilado nada. Te di tiempo para que te fueras y te aprovechaste de eso. Aún estás a tiempo de irte y que esto no se convierte en un sinvivir para todos», le rogó, sin éxito, el pasado 26 de marzo.