Alarma social por la presencia de indigentes en parques de Palma

La presencia de personas sintecho que están pernoctando en los parques municipales trae de cabeza a usuarios, residentes e incluso a los propios trabajadores de parques y jardines de las subcontratas municipales. La inseguridad es una de las principales quejas de los empleados y advierten de la presencia de sintecho en Son Malferit, en el Parc Wifi y en el Krekovic.
Toni Quetglas, presidente del comité de trabajadores del lote Levante de Parques y Jardines, contrato que se adjudicó Acciona, advierte que «en el parque de delante de Son Malferit «vive un hombre en una de las casetas de electricidad. En ese solar tiene dos perros de gran tamaño, que persiguen a los trabajadores municipales cuando entran allí para realizar labores de mantenimiento».
Los empleados dicen que su seguridad no está garantizada y aunque «hemos pasado nota al técnico y al gerente, no se ha solucionado nada». Mientras tanto, Quetglas lamenta que «el Ajuntament sí que tomó medidas en el parque de Son Malferit, donde vivía una familia con niños. El solar fue cerrado con candado y ahora viven en una caravana que está aparcada justo al lado». El parque sigue cerrado y, denuncia Quetglas, no hay muestras de que se vaya a llevar a cabo ningún proyecto en breve, pese a que el Consistorio desahució a la familia con niños con el argumento de que había proyectado un punto verde y un punto negro.
Respecto al Parc Wifi, un hombre sin identificar duerme cada noche en una de los juegos infantiles. En concreto, el que tiene forma de vivienda se ha convertido en un refugio, cuyas aperturas cierra con cartones. Los restos de basuras impiden que muchos niños puedan utilizar luego este juego. Además, en este mismo parque hay colchones que son utilizados para dormir al raso.
Otro parque municipal con problemas es el Krekovic, muy próximo. Quetglas denuncia que «hace dos meses vinieron 15 policías nacionales» ya que la peleas entre los residentes de esta zona verde suelen ser muy habituales. Los trabajadores reconocen que algunos de estos sintecho son violentos y suponen un problema.


